ENTREVISTA: Daniel Caram – «Poca base económica»

Entrevista: Corrientes Noticias. 07/05/05. www.corrientesnoticias.com.ar

Entrevista a Jesús Leguiza. Economista y Director de la Fundación FEDERAR.  Fue Subsecretario de Agricultura de la Nación, en la década de los 90. -“Un gobernante y un político deben generar base económica, no solo rosca política”- dijo.

 Leguiza, ¿usted fue durante bastante tiempo un hombre de Felipe Solá, es ahora felipista?

Cualquiera que se precie libre y con criterio propio no es hombre de alguien. Nadie debería pertenecer a alguien. Esa cuestión de apropiarse personas es cosa de inseguros, no de buenos políticos, es un menosprecio hacia la gente y también, para aquel que lo acepta,  es un menosprecio para si mismo; no obstante, hay personas a quienes les gusta ser de alguien. No lo digo por su pregunta, que ha sido bien intencionada, pero es bueno tener claro quién es uno, para luego saber adónde ir. Yendo al grano, efectivamente he trabajado codo a codo con Felipe Solá en toda la década del 90. No lo conocía de antes y terminamos siendo muy amigos y de mucha confianza. Ya no trabajo con él, ahora está en la provincia de Buenos Aires y esa provincia es para los bonaerenses y yo soy correntino.

¿Ahora que la década del 90 está tan endemoniada, que realmente pasó en la agricultura?

En esa década cambió la agricultura argentina, una verdadera revolución. Por acción de políticas macroeconómicas del Estado y principalmente por acción de los productores agropecuarios argentinos, la producción aumentó en un 50 % y constituyó la base para que se llegue a 100 millones de toneladas dentro de pocos años. Hoy se sigue cosechando lo que se sembró en esa época. La base del crecimiento agrícola, sobre todo pampeano, ha sido la conjunción de políticas económicas (libre liquidación de divisas, estabilidad de contratos de exportación por las declaraciones juradas, aranceles bajos, y, por sobre todo, la inexistencia de las retenciones). Por otra parte, ha sido tremenda la incorporación de tecnología (fertilizantes, agroquímicos, semillas transgénicas, siembra directa, agricultura de precisión).

Esto constituyó un cóctel expansivo; de 44 millones de toneladas de fines de la campaña 88/89 se pasó de 65 millones de toneladas a fines de la campaña 98/99. La cosecha que se espera para este año es de más 80 millones de toneladas. En esa década también se atendió a la problemática del pequeño productor cómo nunca y sin duda se hicieron cosas mal, por ejemplo la eliminación de las Juntas de Granos y de Carnes.  Sí, década endemoniada, aunque los que ayer no decían nada, hoy son unos genios del diagnóstico, conducta facilista y razonamiento playito, poco profundo. Es como ganar la carrera de caballos del domingo con el diario del lunes siguiente. En realidad hay que ir a la historia y a los números para conocer y para hacer las cosas bien.

 ¿Usted siempre escribe en contra de la retenciones a las exportaciones, porqué?

 Porque son castigos a los productores, porque constituyen una contradicción típica argentina. Por un lado somos los adalides del libre cambio y, por otro lado, el Gobierno cobra impuestos a los que exportan. Las retenciones son el peor daño que se puede hacer a la agricultura, que es la base del desarrollo del país. Ha sido la base del desarrollo y seguirá siendo, mal que les pese a los apósteles de la economía cerrada, de la industria subsidiada, estilo IAPI, del vivir con lo nuestro que es una tontería. Digamos en otros términos, ¿conoce de Ginóbili?. Un gran jugador, excelente; un producto argentino de exportación con ventajas competitivas.  Se destacó localmente y se lo exportó a Italia; fue campeón olímpico y hoy está en la NBA, la liga más competitiva del mundo. ¿Qué pasaría si aparece un genio de la distribución de bienes de otros? y dice: -Ginóbili tiene mucho, gana mucho, quitémosle un poco de sus habilidades (“impuestos”), tiene olor a capitalismo salvaje, y además el Estado ahora necesita de sus recursos-. Eso es aplicar retenciones al agro, es quitar las capacidades del sector agropecuario, es restar competitividad.  Es otra tontería argentina. En el año ‘76 se llegó a aplicar un 56 % de impuesto a la exportación de soja.  Esta es una historia que nació en los años 60, algundos comentan que antees,  y todavía no aprendimos.

 ¿Porque hay que ir a la historia, si lo que necesitamos es futuro?

En la historia está el origen, está la causa y la explicación de lo que hoy sucede. En el principio está el fin,  está el destino.  La Argentina desde su génesis ha sido un país agropecuario y hoy su futuro es agroindustrial. La provincia de Corrientes, desde Pedro Ferré, ha tenido una importancia relevante en las luchas internas y  la organización nacional. Ya antes ha tenido importancia en la producción agrícola con los jesuitas y luego en la producción ganadera. Fue perdiendo importancia, por múltiples razones, algunas por causas externas y otras, la mayoría, por causas internas. Los políticos, en general, viven mirándose el ombligo, en lo que hace el contrario o el competidor. Mirando cerquita. La realidad de hoy obliga a pensar globalmente, planificar regionalmente y actuar localmente. Para nada sirve el proceso contrario, pensar localmente, planificar localmente (que tampoco se hace) y actuar localmente (que se hace menos), esa es la causa principal del atraso. Es necesario ser duro con los problemas, no con los actores involucrados.

¿Cuál es el problema económico de la provincia de Corrientes?

El problema es político, es crónico, con algunos intervalos. Viene del fondo de la historia. Se quedó con muy poca base económica, no es una jurisdicción sustentable como se dice ahora. Sin embargo, no existen razones fundamentales para que ello sea así o se mantenga así.  Esto no es un desierto. La provincia tiene bajo aprovechamiento agrícola, menos del 4 % de la tierra se dedica a la agricultura, a la fruticultura y la forestación. Por otro lado, es  poca la carga de animales por hectárea y también, es poca extracción ganadera.  Un promedio de 40 kgs de carne por ha/año, es un tercio de lo que podría ser, aún considerando que en la zona prevalece la cría.  Asimismo, existe poco valor agregado a la producción primaria, excepto en casos puntuales, como la yerba mate y algunas industrias nuevas de la madera. Y paradojas, como la industria del algodón,  mucha capacidad de proceso (Tipoití, entre otras) y poca producción primaria.

La provincia tiene más de 8 millones de hectáreas, la cuarta parte o más es agua. ¿Qué se hizo o se hace para recuperar tierras?;  Tierra es lo que falta en el mundo, no solo en Argentina. Lo que aquí sobra es agua, que también falta en el mundo. Los dos recursos más escasos del mundo, Corrientes los tiene. Políticas de recuperación de tierras y políticas de administración del agua.  Eso es para empezar a conversar, pensando estratégicamente y a largo plazo.

La tierra arable promedio en el mundo es de 1/4 ha por persona, en Corrientes hoy esa tierra es 5 hectáreas por habitante y con las políticas mencionadas deberían ser 6 a 7 hectáreas.  Aquí sobra tierra y agua, ambos recursos están poco aprovechados. Falta acción y trabajo. Es poco probable sostener industria sin base agropecuaria y forestal. Además de la capacitación y educación funcional a esa estrategia. Esto parece sencillo, es sustantivo y no se vé a corto plazo.

Mire, sembrando 5.000 hectáreas de soja, si quiere en tierra pública o arrendada, el mismo estado provincial puede eliminar el hambre y  la desnutrición. No debería haber ningún correntino con hambre o desnutrido. Es necesario complementar con acciones contra la parasitósis infantil. Esto lo hablo con absoluta convicción y autoridad, porque desde la Fundación FEDERAR, de la cual son miembro fundador, llevamos adelante la Iniciativa Desnutrición Cero en varios municipios de varias provincias. (www.desnutricioncero.com.ar).

A mediados de los 70 se producía  mucha soja en el noreste de Corrientes. Porqué no facilitar de nuevo esa actividad, que es el futuro. Se necesita más arroz, más soja, más maíz, más carne. Más industria y más tecnología. Con la hidrovía, que pasa por aquí enfrente, (la Costanera) transitan cientos y miles de chatas cerealeras provenientes del Paraguay y Brasil.  Es más económico y eficiente para Brasil sacar su producción del sur oeste (Matto Grosso y Matto Grosso do Sul.)  por el rió Paraguay-Paraná y procesar/industrializar antes del Río de la Plata. ¿Qué hacemos entonces, si de nuevo tenemos oportunidad de ser un puerto como en la época fundacional.? Con un millón de hs agrícolas se cambia la provincia y para ello es necesario, imprescindible diría, al puente Reconquista-Goya y otro alternativa en esa zona. Necesitamos 1000 gringos santafecinos que vengan a cultivar la tierra con maíz. soja, sorgo, etc. Verá como todo cambia.

Para salir adelante, es necesario pensar y planificar para 20 a 30 años. No pensar solo en ser reelecto. Hay que actuar como si fuese el último día de existencia de un gobierno que quiere dejar hecho algo trascendente. Aprovechar los recursos naturales y las capacidades competitivas de la región y de la gente.

 ¿Porqué no se dedica a la política en su provincia?

 Miré, si bien hace más 25 años que vivo afuera, cada vez que vengo, y lo hago con frecuencia, escucho en la radio hablar a los políticos, funcionarios, dirigentes y al público en general. Se pasan el día hablando y opinando. Lo cual está bien, muy bien, participar es sano y es una obligación; pero también hay que hacer. Yo no conozco nada distinto, nada que haya trascendido los límites de los cuatro ríos, nada nuevo. Es tiempo de hacer. La forma de hacer es crear base económica en toda la provincia. Por supuesto que estoy dispuesto a colaborar, pero en serio. Con un plan, con programas, proyectos y acciones con consenso generacional.  Desde el peronismo y desde el partido justicialista, claro está.  Creo que sigue siendo válida la estrategia de acuerdos generacionales y de tácticas con frentes electorales.

Daniel Caram – Corrientes

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