Dilema global (*)

Jesús Leguiza

Antes de llegar a esta crisis global, la pandemia, la humanidad ya se encontraba con problemas que trascienden al individuo, a las naciones, y hasta la democracia.

Estos problemas son básicamente dos, que no tienen posibilidades de ser resueltos por grupos de individuos, incluso por grupos de naciones. Ellos son, a) el cambio climático; y, b) el avance tecnológico.

Son problemas que superan el miedo de una guerra nuclear y hasta la misma globalización económica, la cual también entró en crisis con el Brexit y con el nacionalismo de Donald Trump.

El cambio climático no puede ser resuelto por una nación o grupo de naciones, por más poderosas que sean. Lo mismo que el avance tecnológico no podrá ser detenido por ninguna de ellas.

Millones de habitantes del planeta se verán afectados por el cambio climático; con solo un leve crecimiento del nivel del mar desaparecerán millones de hectáreas costeras en todo el mundo y los afectados serán pobres y ricos de cualquier raza religión, preferencia ideológica o inclinación política.

Igual ocurrirá con el avance tecnológico, a saber: algoritmos de robots dejarán sin trabajo a millones de individuos y algoritmos biotecnológicos sustituirán el razonamiento de las personas, lo que ya está sucediendo con los celulares inteligentes.

Los gobiernos no podrán hacer absolutamente nada para impedir las consecuencias.

Las naciones-estado, sean monarquías, democracias o regímenes autoritarios no tendrán capacidad alguna para resolver estos dos grandes problemas: el cambio climático y el avance tecnológico.

El miedo a una guerra nuclear está (por ahora) superado porque los líderes de las naciones poderosas saben que existen ojivas nucleares suficientes para destruir varias veces el planeta, de manera que no conviene a nadie. Lo mismo sucede con la globalización económica, las naciones-estado podrán apelar al nacionalismo y cerrar sus fronteras al comercio con resultados variados, algunas desaparecerán y otras sobrevivirán, pero con el cambio climático y el avance tecnológico la sentencia a la desaparición está firmada.

Un poco más difícil de comprender es el efecto del avance tecnológico que está dado por la revolución, ya iniciada, de la infotecnología y la biotecnología.

En este caso, los seres humanos perderán relevancia, ya no tendrán capacidad de tomar decisiones por sí mismos. Y, para que ello ocurra, no pasarán más de tres o cuatro décadas.

Hoy mismo, el problema sanitario que estamos viviendo, y que supera todo lo imaginable, es un buen ejemplo de la incapacidad de controlar un tema de carácter global.

Solo la cooperación de la humanidad toda podrá ayudar a solucionar estos dos problemas y solo logrará hacerlo superando dos limitaciones: las fronteras de las naciones-estado y la ceguera de los políticos que no ven más allá de las próximas elecciones.

(*) Basado en conceptos de Yuval Noah Harari

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