Victoria pírrica

La emisión monetaria es la más grande de los últimos 30 años. En todo el 2020 y en lo que va del 2021 cada peso de déficit fiscal se transformó en un nuevo peso emitido por el Banco Central.

Ello es así porque la recaudación tributaria cayó y sigue cayendo, porque las necesidades del Tesoro crecen y porque no hay acceso al mercado para colocar deuda pública.

Con el agravante de que se instaló la idea precaria e infantil que la emisión de dinero no genera inflación. Idea tan ridícula como la de establecer metas de inflación para controlar la inflación.

La pandemia de coronavirus, por otra parte, dejó al Gobierno con una sola vía para conseguir fondos: emitir dinero.

De paso, a manera de digresión, también sirvió para tener a todos los que deben tener libertdades civiles encerrados, aterrados y sin vacunas. Y libres y vacunados a los que tienen que estar presos. La «victoria» política que buscan.

Como proporción del PBI, es la expansión monetaria más importante en las últimas tres décadas.

Es de esperar que la situación económica explote y seguramente será peor que la crisis de fines del 2001.

Ya no nos puede salvar el FMI y muuuuucho menos el PAPA, el primero no hace magia y el segundo no puede ni quiere hacer milagros.

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