Desempleo e inflación

El dilema de la economía argentina es la existencia de desempleo e inflación en forma concurrente, simultánea. Se quemaron los libros para cualquier economista ortodoxo o algunos políticos defensores de causas perdidas.

Las medidas de Keynes para el manejo de la demanda global son insuficientes ó no válidas; tampoco von Hayek o Fridman pueden dar respuesta por sí mismos para el manejo de la oferta global.

La inflación se combate bajando el consumo, subiendo la tasa de interés, tanto para el consumo como para la inversión, bajando el gasto público y promoviendo las importaciones. Esto provoca mayor desempleo !!!

Al contrario, el desempleo se combate promoviendo el consumo con aumento de salarios, bajando la tasa de interés y los impuestos para mayor inversión, elevando el gasto público sobre todo su calidad y promocionando las exportaciones mejorando el tipo de cambio. Esto genera mayor inflación !!!

Entonces ??? Cómo se sale de este dilema. Hacer todo junto, no se puede.

Mejorar el diagnóstico para acertar con la receta !!!. Elegir el camino gradualista puede ser; pero elegir la avenida con pruebas de aciertos y yerros es durísimo. Trae más desconcierto y confusión que la inflación.

Medidas que bajen la inflación y aumenten el empleo son muy difíciles, hasta inversas, por cierto. Hasta ahora han sido medidas incongruentes: por ejemplo, el BCRA mantiene la tasa de interés alta para bajar la inflación y/o atraer capitales del exterior pero deteriora/quiebra el aparato productivo, el agro y la industria con el agravante heredado de tarifas que sin duda estaban atrasadas como el dólar.

Es necesario practicar cirugía mayor y microcirugía, hilar muy fino. Ser inteligentes, consistentes, coherentes.

Se deben aplicar medidas económicas heterodoxas y una combinación equilibrada entre politicas fiscales, monetarias y cambiarías que impacten en la macroeconomía; a su vez, políticas microconómicas para mejorar la competitividad del país en su conjunto y de las empresas en particular. Mantener el consumo dando trabajo a los que menos tienen, acreditando planes sociales al pago parcial de nuevos empleos; bajando la tasa de interés para aumentar la inversión bruta interna fija; acompañando con la disminución de las cargas sociales, cuotas sindicales y flexibilización laboral; mejorando la calidad de gasto público y, a la vez, bajando impuestos y tasas.

La economía del mundo, capitalista o socialialista, democrática o autoritaria, debe ser competitiva. Los países competitivos abren sus economías, sus fronteras; los otros cierran y/o protegen a sectores no competitivos (compre nacional para que 40 millones de argentinos paguen más caro).

No sé puede competir con las bananas de Ecuador, como Europa no puede competir con la soja o las carnes frescas con altísimo valor agregado de América del Sur. Argentina tiene el complejo sojero más eficiente del mundo; iguales logros se puede obtener en materia de producción de alimentos, biotecnología, poner en marcha Vaca Muerta, extracción de litio, uranio y tecnología nuclear.

Tampoco se puede competir con los salarios baratos chinos o del sudeste asiático; las industrias textil y del plástico, entre otras, están en terapia intensiva,

Argentina tiene que tener un Ministro de Economía que sepa: que conduzca las finanzas públicas sin deficit; la producción agrícola, industrial y minera; la energía, los combustibles y las obras publicas, entre otros… El BCRA solo debe cuidar la oferta monetaria, el valor del peso. El Ministerio del Interior debe contener a los gobernadores para que, por lo menos, no gasten más de lo que reciban de coparticipacion, impuestos y tasas locales.

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