Todo cambia para que nada cambie. La argentina está adormecida y cada vez más confundida. Mejor dicho los que nos gobiernan, porque confunden causa con consecuencia, forma con fondo.

De nada sirve hacer cambios y poner «superministros» de «amplia capacidad de adaptación». Superministro? Nooooo, es solo un miniministro de Econonía dado abarca las áreas de Producción, Agricultura, Garadería y Pesca, que en realidad, son solo tres: las exSecretaria de Agricultura, la exSecretaría de Industria y de Comercio Interior de los ’90.
Siguen sin entender nada, siguen los malos diagnósticos y peores recetas equivocadas. No cambiará nada. Sigue sin rumbo el Titanic que va directo al iceberg, solo cambió el operario de la sala de máquinas que está en la planta más baja del barco.
«Profunda reconfiguración» del Gabinete tras dos años y ocho meses de haber llegado a la Casa Rosada y a solo 500 días de dejarlo.
Lo positivo es que nada cambiará para que todo cambie. Estamos a nada para volver a ser todo. Lo malo es que se perdieron casi 80 años.