
Por Jesús Leguiza (*)
A lo largo de miles de años la humanidad ha sufrido cambios, algunas veces de manera imperceptible y otras en forma abrupta. La revolución agrícola fue el primer gran cambio, sucedió hace más de 8.000 años, cuando el hombre descubrió que podía sembrar, cultivar y obtener los frutos de la tierra, dejó de ser nómade, cazador y recolector. Se tiene conocimiento que, desde hace más de 2.000 años, los agricultores ya conocían la existencia de los momentos propicios para la siembra y las épocas de cosecha, practicaban la rotación de cultivos, el reciclaje de los residuos vegetales, el manejo del suelo y la conducción del agua a fin de obtener mayor fertilidad y, por ende, más rendimientos en los cultivos.

Posteriormente, no más de 250 años atrás, se produce el segundo gran cambio, la revolución industrial; la aparición de la máquina de vapor marcó el inicio de una nueva era caracterizada por la producción en serie. El hombre rural se convierte en asalariado y habitante de ciudades, pasa de producir para él y su núcleo familiar a ser consumidor de lo producido por otros. Se inicia en el trabajo fuera del hogar, nace la especialización, la vida en las ciudades, el intercambio comercial a gran escala y el uso intensivo de los recursos naturales. Al poco tiempo Malthus ya alertaba sobre el desequilibrio entre el crecimiento de la población y la producción, básicamente la de alimentos, la primera crecía en progresión geométrica y la otra en progresión aritmética.
Población mundial
La población mundial, se triplicó en los últimos 70 años del siglo 20 hasta llegar a los 6.100 millonesde habitantes, con una tasa de crecimiento que no merma. Se prevé que en el año 2.030, la misma rondará los 8.000 millones y que en el año 2.050 será de 10.900 millones. Cómo se alimentará la población mundial atendiendo que solo el 11 % de la tierra es cultivable y que el agua dulce es muy escasa a pesar de que la superficie del planeta está compuesta por un 75 % de agua. En el último siglo, el consumo de agua se multiplicó por seis y duplicó la tasa de crecimiento de la población. A medida que aumenta la población se demanda más agua, alimentos, energía y se pone en peligro el medio ambiente y la sostenibilidad secular de la economía.
El mundo se encuentra ante un verdadero problema, el crecimiento de la población es de unos 80 millones por año, la concentración en la ciudades continúa, la emigración de las zonas rurales a las ciudades es a razón de 160 mil personas por día, prácticamente nace una ciudad por día, y cada año esa nueva población necesita consumir agua equivalente al caudal del río Rhin. Los recursos naturales se deterioran y la tierra se degrada, la biodiversidad se depreda, el agua se contamina. Las tres cuarta parte de población tiene problemas de alimentación y unos 840 millones de habitantes sufren de problemas de hambre, sin mencionar los problemas de salud y mucho menos de educación.
A su vez, los recursos naturales, la población y la producción de alimentos están desigualmente distribuidos en el mundo. La urbanización es un problema a gran escala, las ciudades crecen aceleradamente, se estima que con una tasa igual al doble de la tasa general de crecimiento de la población, y en las regiones menos adelantadas del mundo, se prevé que en los próximos 25/30 años se duplicará el número de residentes urbanos.
Las ciudades, actualmente, ya no están preparadas o equipadas para albergar a nuevos residentes y en muchos centros urbanos la mitad o más de la población está viviendo en villas de emergencia, que son sumamente vulnerables a acontecimientos catastróficos como inundaciones, tormentas o terremotos.
El agua escasea…
El 3% de toda el agua del mundo es dulce, la 3/4 de toda el agua dulce es inaccesible (polos y glaciares). Sólo un 1% es agua dulce superficial fácilmente accesible. El 1 % del consumo es desalinizada (muy cara)
Del total, sólo un centésimo del 1 % es accesible para uso humano
En los últimos 70 años la población se triplicó, y la utilización del agua de sextuplicó.
Hoy se utiliza el 54 % del recurso agua disponible; en el año 2.025 se utilizará el 70 % y llegará al 90 % si se usa con igual intensidad que en los países desarrollados.
Hoy 1.700 millones viven en cuencas con escasez y serán 2.400 en 20 años. En 2050, 4.200 vivirán con menos de 50 litros por día (BWR)
Las tierras cultivables son también escasas …
El 28 % de la tierras es demasiado seca y no se puede destinar a los cultivos y el 23 % tiene problemas químicos. El 22 % es demasiado superficial, el 10 % es demasiado húmeda y el 8 % es permagélido.
Solo el 11 % de las tierras disponibles en el mundo no tienen limitaciones actuales para el agricultura.
Entre 1950 y el 2000 disminuyó a la mitad la cantidad de tierras cultivas con cereales: de 0,23 ha a 0,12 ha por habitante.
Las zonas rurales, por otra parte, también están expuestas a crecientes presiones, debido a ese rápido crecimiento demográfico que a su vez, presionan sobre los recursos naturales y ambientales; los cuales van quedando drásticamente reducidos o deteriorados por el uso excesivo y la explotación comercial.
En este marco secular, estamos transitando por las vías de una tercera gran revolución, la cual todavía no puede ser bautizada con precisión: será denominada seguramente, dentro de algunas décadas, como la revolución de la tecnología, la revolución de las comunicaciones, la revolución del conocimiento ó la revolución de la información. Este nuevo cambio mundial se inició, en los años 50 del siglo pasado, cuando el número de trabajadores de mameluco azul, obreros de las fábricas que producen bienes, fue superado por el número de trabajadores de cuello blanco de las empresas que prestan servicios.
La globalización ha aumentado la riqueza mundial y ha estimulado el crecimiento económico, pero también, es necesario reconocer, que ha aumentado la desigualdad en el nivel ingreso de las personas y la degradación del medio ambiente. La pobrezaestá empujando a muchas personas a aumentar la presión que ejercen sobre frágiles recursos naturalespara poder sobrevivir.
Los alimentos no llegan a todos…
Un tercio de la población mundial carece de seguridad alimentaria.
Más del 10 % de la población mundial, 828 millones de personas, sufren de desnutrición crónica.
En África subsahariana la población con hambre creció de 196 millones a 210 millones en el periodo 90/92-94/6 y en Asia Meridional dicha población creció de 237 a 254 en el mismo periodo.
El 70 % de las especies de peces está amenazadas.
Entre 1950 y el 2000 disminuyó a la mitad la cantidad de tierras cultivadas con cereales: de 0,23 ha a 0,12 ha por habitante. De 1999 al 2020 se deberá producir un 40 % más de cereales.
El mundo tendrá que alimentar a 8.000 millones de personas en 2030. ¿Qué métodos de producción existen para lograr sin dañar el medio ambiente? Entre 1990 y 1997, la cosecha mundial de cereales aumentó un 1% anual, proporción inferior a la tasa media de crecimiento de la población, de 1,6% en el mundo en desarrollo.
Cinco grandes regiones
Existen 5 grandes regiones en el mundo que disponen de tierras aptas y en grandes extensiones que pueden producir alimentos para la enorme población mundial, ellas don: la cuenca del Misisípi y la cuenca del Plata, la cual contiene a la pampa húmeda argentina en América, ambas en condiciones competitivas y con volumen suficiente para producir y exportar alimentos. Asia dispone de tierras en la cuenca del Ganghes y en las llanuras de la China pero con problemas de distinta naturaleza. Las tierras del norte de la India están demasiado degradadas y deben proveer alimentos a los ya 1.000 millones de habitantes; las zonas productivas del país que alberga la mayor población mundial, la China con más 1.200 millones de habitantes, sufre devastadoras acciones del clima, extremas inundaciones y largas sequías de forma alternada y recurrente. El Río Amarillo quedó sin agua en 600 Km. en 1990 y durante 226 días en 1997. China solo puede concentrarse en producir alimentos para sus habitantes e incluso debe importar en grandes cantidades, como sucede con productos como el maíz y la soja. La otra gran regiones Ucrania en Europa.
Solo 15 especies de cultivos proporcionan el 90 % de los alimentos. El trigo, el arróz y el maíz son el alimento básico del 66 % de la población, a su vez,estos granos se caracterizan por participar muy poco en el comercio mundial.
China, India, Indonesia y Bangladesh producen el 70 % de arroz del planeta, 600 millones de toneladas, sin embargo este último país que produce 37 millones de toneladas debió importar, en el año 2000, más de 1,3 millones de toneladas por año. Estos cuatro países tienen una población total de más de 2.700 millones de habitantes, y por lo tanto deben dar prioridad a la producción para el consumo interno.
La producción de trigo en el mundo ha sido de 584 millones de toneladas en el año 2000. China e India son también los primeros productores de trigo del mundo, sin embargo no exportan, Los países exportadores de trigo, por excelencia, son EE.UU., Canadá, Francia, Australia y Argentina, quienes abastecen más del 80 % de las exportaciones mundiales.
La producción de maíz es un poco superior a la producción de trigo e inferior a la producción de arroz, siendo EE.UU. el mayor productor y mayor exportador. Al igual que la soja, cuya producción mundial ha sido, en el mismo año, de 161 millones de toneladas.
Estas producciones requieren grandes extensiones de tierra y una alta tecnología para lograr altos rendimientos y bajos costos, pero la misma es cuestionada, sobre todo en las producciones más difundidas (soja y maíz), dado que los exportadores usan material genéticamente modificado,” transgénicos”.

La Organización Mundial para la Agricultura y la Alimentación (FAO) llevó recientemente, como postura, a la Cumbre de Johannesburgo, tres mensajes muy claros: a) la existencia de una íntima vinculación entre la agricultura y el medio ambiente; b) la necesidad de producir en forma sostenible; y, c) la urgencia de combatir el hambre en al mundo y proveer alimentos sanos e inocuos para todos, o sea, el concepto de la seguridad alimentaria desde sus dos acepciones.
(*)Escrito para el libro «La agricultura orgánica en la Argentina». Material bibliográfico de la FAO, Cumbre Mundial sobre el Desarrollo sostenible de Johannesburgo, Cumbre de Río de Janeiro (1992), Organización Mundial de la Salud, Federación Internacional de Movimiento de Agricultura Orgánica, entre otros.