Debate en ADE

Mercedes Colombres – LA NACION 04/08/2011

Un grupo de ex secretarios de Agricultura piden el fin de la intervención del Estado.

Advirtió que el Gobierno debe sacar los controles si quiere que se mantenga el crecimiento.

Convocados a un debate por la Asociación de Dirigentes de Empresa (ADE), los ex secretarios de Agricultura Lucio Reca, Marcelo Regúnaga, Rafael Delpech y Jesús Leguiza reclamaron la liberación del comercio y de las exportaciones del sector agropecuario y advirtieron que «ningún productor va a querer agregar valor a los granos, como pide el Gobierno, si no puede exportar y vender libremente, y tiene que lidiar con gran cantidad de controles».

Esta fue una de las conclusiones centrales del debate, en el que también participaron el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Luis Biolcati, y los periodistas Matías Longoni, de Clarín, y Raúl Dellatorre, de Página 12, y que se centró en el contenido del documento «La agroindustria para el desarrollo argentino, aportes para una política de Estado», presentado por Reca, Regúnaga, Delpech y Leguiza recientemente.

«Hoy todo el mundo habla
alegremente de agregar valor, pero la forma de agregar valor a nuestros granos es producir carne y leche. Y acá nadie va a producir estos productos si no los puede exportar, que es lo que pasa hoy», advirtió Regúnaga.

En esta misma línea habló Biolcati. «El Gobierno critica al campo por la sojización, pero con la intervención permanente en la carne, la leche, el maíz y el trigo empuja a los productores a hacer cada día más soja. Es el Gobierno el que está impulsando el avance del desierto verde, y el no agregado de valor», destacó el presidente de la Rural.

Por su lado, Delpech acotó que el concepto de agregado de valor no siempre es lo que parece. «Hoy en día cotiza mucho mejor una manzana o limón fresco para exportar, producido bajos determinados estándares, que estos frutos industrializados. El concepto de valor agregado es muy complejo», dijo Delpech.

Por otro lado, los ex secretarios de Agricultura coincidieron en que el sector agropecuario está teniendo un desarrollo extraordinario, pero que no está aprovechando todas las oportunidades que tiene. «La agricultura creció a un promedio del 5 por ciento anual en los últimos años. Pero el crecimiento podría haber sido mucho mayor si se hubieran aplicado las políticas adecuadas. De eso se trata este documento, de plantear qué políticas necesitamos para aprovechar mejor el momento», destacó Reca.
Delpech subrayó la necesidad de tener una visión integrada de lo rural y de lo urbano, que se expresa en el trabajo. «El país todavía tiene la visión antigua de ciudad y campo por separado, y eso es favorecido por el sistema tributario, que deslinda el aporte de la producción de los gobiernos locales, ya que la recaudación va a parar a manos del Estado nacional y éste la reparte», explicó Delpech.

Biolcati coincidió con este concepto y apuntó: «Hoy se desmerece el trabajo del sector dentro de la economía nacional».

Por su parte, Regúnaga y Leguiza enumeraron los nueve pilares sobre los que, de acuerdo con su estudio, debería basarse una buena política agropecuaria: la promoción de la adopción de tecnología; el libre comercio agropecuario; una política impositiva que priorice los impuestos coparticipables; la apertura de nuevos mercados; la construcción de infraestructura de transporte y riego; la promoción de la sustentabilidad, el desarrollo de productos estratégicos como la bioenergía; la promoción de la agricultura familiar y el fortalecimiento de la institucionalidad agropecuaria.

Luego de terminadas las exposiciones de los secretarios, uno de los panelistas destacó la necesidad de recuperar la institucionalidad del sector, uno de los pilares de la política propuesta por los ex secretarios. «La Secretaría de Agricultura pese a ser ahora un ministerio es una cáscara. Tenemos que devolverle la importancia que tenía», explicó Longoni.
Seguidamente, uno de los periodistas preguntó si el aprovechamiento de las oportunidades del mercado mundial, que propone el estudio de los ex funcionarios, no es opuesto a la defensa de la soberanía alimentaria. «Tenemos que debatir sobre si es posible solucionar el hambre del país con un modelo de producción orientado a aprovechar los precios internacionales, y ver cómo vamos a manejar el tema de los precios internos «, dijo, que además agregó: «La política agropecuaria de este gobierno es difícil de definir, por la contradicción entre los enunciados del Ministerio de Agricultura y lo que se lleva a la práctica desde la Secretaria

Cuatro mosqueteros contra las retenciones

La Nación – Campo|

Sábado, 16 de julio de 2011

Por Félix Sanmartino

4 mosqueteros

«Serás militante o no serás nada», ya no es sólo una consigna kirchnerista. Hay que aceptar que la marcha a tambor batiente con iniciativas llenas de voluntad y fantasía, como los planes «Cerdo para Todos» y «Lácteos para Todos» con camiones dispuestos a repartir felicidad mediante descuentos de precios, es difícil de igualar.

Se requiere por lo menos no ponerse colorado al afirmar que es «para todos» cuando la iniciativa se sostiene en lo que puedan repartir tres camiones (uno para lácteos de 20.000 kilos y dos para cerdos de 5.000 kilos). En el mejor de los casos, repartiendo todos los días, no se llega ni al uno por diez mil del consumo nacional diario. Poco importa que tras el paso del camión no quede nada, salvo los pocos que accedieron a la ganga.

Mientras esto sucedía, en Rafaela, 250 tamberos decidían una medida de fuerza por la baja del precio de la leche pagada en los tambos y en Camilo Aldao se levantaba otra asamblea de 200 productores de porcinos contra la importación de pulpa brasileña.

En la lechería están nerviosos porque viven una primavera adelantada, es decir con señales de tener un mercado sobreofertado. La mayor producción de leche, que crecerá este año alrededor del 9%, no encuentra su correlato en la capacidad industrial para la elaboración de leche en polvo. Con las plantas de secado trabajando a pleno, los quesos se convierten en el único destino obligado. La falta de inversiones de los últimos seis años se termina pagando.

El problema es que no es lo mismo exportar toneladas de leche en polvo, un commoditie con cotización internacional, que abrir cupos y vender quesos país por país. La salida exportadora de los excedentes será mucho más lenta y trabajosa.

A esta situación ya de por sí complicada, hay que agregarle dos problemas que se los regala la macroeconomía. Uno es el mercado interno que no tiene la vitalidad del año pasado: según los distribuidores de quesos «después del día 15 se paran las ventas». Y el otro es la inflación, que mes a mes se viene comiendo los márgenes de rentabilidad por el alza de costos de producción.

Las cartas están jugadas al comportamiento que pueda tener la exportación en el segundo semestre para absorber la sobreproducción.

Pero decíamos que la militancia en la actividad agropecuaria ya no es una actividad exclusiva del kirchnerismo. Y no estamos hablando de la dirigencia rural que ya comenzó su actividad en la Rural de Palermo. ¿Tendrá la Mesa de Enlace el mismo protagonismo de los últimos años?

Lo que llamó la atención esta semana fue la aparición pública, luego de años de estar alejados del escenario político, de cuatro ex secretarios de Agricultura, Lucio Reca, Marcelo Regúnaga, Jesús Leguiza y Rafael Delpech. Abandonaron la tranquilidad de sus actividades cotidianas para abrazar la militancia de una causa que en principio parece perdida o, por lo menos, quijotesca.

Con el documento «La agroindustria para el desarrollo nacional: aportes para una política de Estado», proponen una nueva agenda y pretenden que la clase dirigente tenga una visión estratégica del panorama mundial. Quizás estén pidiendo demasiado. La militancia de los cuatro ex secretarios se pondrá a prueba en la gira que emprenderán con el objetivo de convencer a los partidos políticos, a los legisladores, a los funcionarios de este gobierno, a las universidades y a la sociedad en su conjunto que el sistema político y tributario conspira desde hace años contra el desarrollo del interior del país.

El documento realiza una comparación interesante con la industria automotriz. Afirman que en el término de una década, un incremento de la producción de cereales y leguminosas del 50% generaría entre 220 a 240 mil empleos. Los autopartistas y terminales de autos, durante el período 1998-2008, cuando la producción aumentó un 50%, generó 11.000 empleos directos. No de forma casual eligieron a Rosario y a la Bolsa de Cereales para la presentación del trabajo, lo consideran un lugar emblemático del polo agroindustrial.

Vale apuntar que pocas semanas atrás también se presentó en Rosario una propuesta de reforma tributaria integral consensuada nada menos que por 36 entidades empresarias de la región centro que componen las provincias de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe. El trabajo se puso a consideración de los gobiernos y legisladores de estas provincias.

La segunda presentación de la gira de los mosqueteros será en Río Cuarto y tendrán a otro ex secretario, Gumersindo Alonso, como maestro de ceremonia. Se suma entonces otra iniciativa para construir una política de Estado que trascienda los gobiernos. Casi una misión imposible.

Por ahora, la política compra sólo lo que lleva la etiqueta de «inmediato» aunque no deje nada para mañana. Como si fueran aficionados del arte efímero.

Una línea de 4 sale a cortar las retenciones

Redacción ON24 – 18/07/11

Otros cuatro, que no son la Mesa de Enlace, proponen reemplazarlas por anticipo de pago del Impuesto a las Ganancias. Punta del iceberg de un Master Plan para el sector.

“Lo nuestro es osado. Es como querer jugar en Boca a los 60 años”. La frase fue pronunciada por un del cuarteto de técnicos que se “atrevió a hablarles del campo a los hombres del campo”, pero sin soberbia y con una apuesta a debatir con todos. Bajo la complicidad sonriente del presidente de la institución, Cristián Amuchástegui, en la sobria elegancia del salón Cordiviola de la Bolsa de Comercio de Rosario. Los cuatro ex secretarios de Agricultura esgrimieron, un arma para destruir a cualquier improvisado. Un plan sintético, al que bautizaron “La agroindustria para el desarrollo: Aportes Para Una Política de Estado”. Será llevada al Congreso en pocas semanas, donde piensan presentársela a los jefes de todos los bloques en ambas cámaras.

En su primera presentación pública, este grupo compuesto por Lucio Reca (Gobierno de Raúl Alfonsín), Marcelo Regúnaga (Gobierno de Menem y De la Rúa), Jesús Leguiza (breve Gobierno de Rodríguez Saá) y Rafael María Delpech (Gobierno transitorio de Duhalde) propone una serie de puntos para que deje de hablarse del “sector agrícola” en el que “se cree que la renta no es ganada sino que llega porque Dios quiso que la tierra fuera fértil” para que se empiece a describir con exactitud “los engranajes de las cadenas agroindustriales”, a los que Reca comparó con un delicado mecanismo de reloj suizo, en el que cada pieza tiene que funcionar.

Datos documentados

Para semejante propuesta, llegaron a la Bolsa con datos. El enfoque tiene en cuenta el rol “imponente” de la tecnología (llamada en otros países Revolución Verde) con todas sus implicancias: Siembra Directa, biotecnología en semillas, management empresario, fertilizantes, arquitectura financiera y capacidad de molienda.

Además, se refiere a la demanda de los mercados externos, señala que hay que cuidarse de los países competidores como Brasil, pide “estabilidad institucional” a contrapelo de la “intervención arbitraria de organismos estatales” locales (por caso, la ONCCA y el mecanismo poco claro de los subsidios) y pide cambios en la base tributaria hacia un “sistema más equitativo”.

Sin retenciones

Sí, también piden la eliminación gradual de las retenciones. Lo que proponen es ir eliminándolas y transformarlas en un pago anticipado del impuesto a las ganancias. El planteo es un enfoque “Federal” de la base tributaria. Las retenciones son potestad del Poder Ejecutivo, mientras el impuesto a las ganancias es coparticipable.

Todo el territorio

La cadena agroindustrial representa el 70% del territorio nacional: unas 170 millones de hectáreas. El “Club” de los ex secretarios lo define como sectores multiproductivos integrados con una visión de desarrollo “territorial”. Es decir, consideran que el crecimiento con desarrollo económico en las más de 3000 ciudades en las que vive un tercio de los 40 millones de argentinos podría no tener que migrar a las grandes urbes para ganarse la vida si se tuviera esta visión. “Los intendentes conocen la realidad de sus poblaciones, pero en lugar de gobernar orientado hacia una visión de largo plazo, edifican políticas de crecimiento a corto plazo y no coincide una mirada de desarrollo con una meramente política”, explican.

Mitos

De acuerdo a lo que esgrimieron los ex secretarios, para desarrollar políticas que lleven a desarrollar un país que contiene unas 400 mil Pymes de productos y servicios volcadas a las cadenas agroindustriales, que pongan énfasis en la creación de “más de 4500 kilómetros de autopistas”, la recuperación de los ferrocarriles y el desarrollo de la hidrovía, seguro harán falta números que lo justifiquen. El Club de ex secretarios los llevó: la agroindustria nacional, siempre de acuerdo a sus cálculos, representa el 22% del PBI, 55% del valor de las exportaciones, entre el 20 y el 25% del empleo y el 35% de la recaudación fiscal.

Son los cálculos del los que se valen para derribar el “mito de que la industria automotriz genera miles de puestos de trabajo”. Sin desmerecer al importante sector industrial, los ex hombres del campo en la Rosada argumentan que “con un 50% más de producción de automóviles (se calcula que Argentina finaliza 2011 con 800 mil unidades), se generaron 11 mil empleos”, mientras que si se pasará de 100 millones a 150 millones de toneladas de granos producidas, “se generarían 150 mil puestos de trabajo”.

Para lograrlo, piden la creación de una agencia para promover políticas agropecuarias que no pierdan de vista la “Big Picture” de lo que moviliza lo que llaman “el corazón de la economía nacional” o el “motor del desarrollo”. Como ejemplo, mencionan las agencias de promoción de la cadena agroindustrial en Chile, Australia o Nueva Zelanda y fortalecer Tratados de Libre Comercio entre bloques, como la UE y el Mercosur.

Entre los últimos puntos, figuran el desarrollo de una política de preservación y expansión forestal, promover Buenas Prácticas Agrícolas, Buenas Prácticas de Manufactura Agropecuaria, un marco nacional de conservación de suelos, financiamiento y más recursos humanos para el estudio de las potencialidades de los recursos naturales.

“La ventaja que hoy existe y que nosotros no tuvimos fue la de sentarse con los ministros. Los ministros van a la reunión de Gabinete, donde se discuten las políticas”, señalaron. Una mirada constructiva en un ámbito surcado por acusaciones: basta recordar la “guerra” Campo-Gobierno o la acción disciplinante de la presidente Cristina Fernández, cuando en el aniversario 126 de la Bolsa señaló que en el sector existe una “gran evasión” impositiva.

Los cambios que pide el campo

Un informe de cuatro ex secretarios de Agricultura propone urgentes modificaciones en la política del Gobierno.

Editorial de La Nación
Sábado 16 de julio de 2011

Cuatro ex secretarios de Agricultura de la Nación expresaron la cruda realidad y las importantes y urgentes modificaciones que es necesario efectuar.

En Rosario, gran centro de actividad agroindustrial y exportador, tuvo lugar la presentación del informe de los cuatro ex secretarios, quienes se desempeñaron entre 1983 y 2002 en administraciones de distintas corrientes políticas.

A la manera de los ex responsables de la secretaría de Energía, cuyas presentaciones vienen sembrando opiniones y alertando sobre la necesidad de urgentes cambios en esa área, los de Agricultura se proponen mostrar el formidable potencial de la economía agroalimentaria y agroindustrial del país en circunstancias en que crece la demanda mundial. Para ellos, este contexto favorable es en gran medida desaprovechado a raíz de la arcaica y equivocada visión del Gobierno, que percibe al agro como un sector escasamente tecnificado y de características rentísticas.

Es así como la transformación que viene ocurriendo en las cadenas productivas rurales a partir de la década de 1990 puede expresar plenamente un impulso productivo y competitivo que requiere desterrar los anacronismos, para abrir paso a una nueva concepción política y económica del sector.

Los números respaldan la opinión de estos expertos. La economía agroalimentaria y agroindustrial genera en forma directa no menos del 20 por ciento del PBI, así como el 55 por ciento de las exportaciones totales, mientras que, tomando en cuenta sus efectos sobre otras actividades y sobre el consumo, las cadenas referidas aportan al fisco el 35 por ciento de la recaudación total.

En otra área crítica como el empleo, la participación de las cadenas agroalimentarias y agroindustriales genera, según la metodología utilizada para la estimación del empleo indirecto, entre el 20 y el 35 por ciento del total nacional.

Ingresando en el ámbito sectorial, el estudio realizado estima que si se liberara al sector de las trabas y restricciones existentes, la producción de cereales y oleaginosas podría aumentar en un 50 por ciento y alcanzaría 150 millones de toneladas en el lapso de diez años con un claro efecto sobre el empleo en el interior del país, el desarrollo de pequeñas y medianas empresas de servicios y en la mejora de la calidad de vida en amplias regiones.

En materia ganadera, el informe es especialmente riguroso en sus apreciaciones, pues compara la crisis productiva nacional expresada en un importante descenso del stock vacuno y de su producción, con un crecimiento en la última década del 20 por ciento en Uruguay; del 31 por ciento, en Paraguay, y del 42 por ciento, en Brasil.

El informe de los ex responsables del tradicional edificio de Paseo Colón recomienda la eliminación de las restricciones a las exportaciones, mientras que respecto de la política impositiva se recomienda la reducción gradual de las retenciones a las exportaciones hasta su eliminación y su compensación parcial con un anticipo del impuesto a las ganancias a cuenta de éste.

De la lectura del documento surge, además, la conveniencia de que este grupo de destacados profesionales sume a la presentación realizada en la Bolsa de Comercio de Rosario otros escenarios, incluidos los medios en general. Y también que otros ex funcionarios se sumen a esta cruzada por analizar la realidad productiva con propuestas superadoras.

Del más polìtico de los técnicos al más técnico de los políticos