
JL
Hace casi 4 años, el 21/02/21 en esta misma página, escribí un artículo titulado «Acuerdos de Salarios y Precios» donde explicaba que los primeros en intentar estos acuerdos fueron los sumerios y los babilónicos con la Ley de Bronce. En el otro lado del mundo, hace 1000 años, China e India hicieron lo mismo y también la antigua Grecia. El Imperio Romano lo hizo, en el año 449 a.c., con la Ley de las 12 Tablas. (Ver):
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Es interesante recordar que Reyes y Monarcas también generaban inflación en la edad Media cuando se empezó a usar monedas de bronce, cobre, plata y oro, en estado puro como unidades de medida y medios de cambio de 2, 3 y hasta más gramos. Cuando éstos, por distintos motivos y sobre todo para financiar guerras, no acuñaban más monedas, solo que disminuían la pureza de las mismas mezclando con otros metales de menor valor, es decir la misma cantidad de monedas con el mismo peso pero de menor valor, sin que nadie se diera cuenta. (Un delito, falsificación encubierta).
Algo parecido y más sofisticado ha sucedido y sucede en la edad Contemporánea con países que necesitaron más dinero para cubrir sus excesos de gastos, como Canadá, EEUU, Inglaterra, Francia, Australia, Alemania. Rusia, Checoslovaquia, Nueva Zalanda, Japón y Brasil entre otros; y, por supuesto, Argentina con un gran y sostenido periodo inflacionario, desde 1946 hasta fines del año 2023, salvo un lapso de pocos años en los ’90, con la Convertibilidad de Domingo Cavallo.
Hoy en la nueva «Era» del Presidente Javier Milei el tema sigue vigente, salvo que éste dió en la clave, lo hizo explícito, popular y sosteniendo con vehemencia que la inflación es un síntoma de que algo funciona mal en cuerpo económico (tal como la fiebre es un indicador que algo funciona mal en el cuerpo humano). La inflación es la consecuencia NO la causa.
A ello, Milei mismo, suma y también denuncia que el único generador de la inflación es el Estado a través de los gobiernos. Estos son los únicos que se arrogan el derecho de imprimir dinero, junto a sus cómplices: algunos funcionarios claves, miembros del Congreso, políticos irresponsables e «influencers» del sector privado que se benefician con la inflación, y a quienes él denomina » la casta».
La inflación está contemplada en el código penal Argentino, pero con un enfoque sobre algunas consecuencias, p.e. la pérdida de valor de las multas de distinto tipo o de los impuestos que se desactualizan por la inflación.
Evidentemente, la inflación es un delito, desde que los reyes y monarcas «falsificaban» el valor de las monedas con el mismo valor nominal y peso en metal pero acuñaban con aleaciones de minerales de menor calidad.
Lo mismo que los Estados modernos que emiten papel moneda de curso forzoso, sobre todo después del abandono definitivo del patrón oro a mediados del siglo XX. ¿Para qué?. Para financiar sus excesivos gastos. Y, como son los únicos con la atribución de emitir papel moneda, queda evidenciado que la inflación es un fenómeno de carácter monetario ocasionado y generado exclusivamente por los Estados.(Un delito, una falsificación más descarada).
p/d:
1) continúa en Parte II: ¡La inflación es un delito penal?
2) parte de este art. se basó en el libro del Dr. Ricardo M. Rojas: «La inflacion como delito» – Unión Editorial – Madrid, 2022.