
El Rastrojero marcó otra época en esta historia breve de la agricultura de los 200 años del Bicentenario. Se nombre deriva de rastrojos, que es remanente que queda en el suelo luego del paso de una cosechadora por un sembradío.
A principios de los años ’50 el Instituto Argentino de Promoción de Intercambio (IAPI) había comprado 2500 tractores de la firma Empire Tractor Corp. remanentes de la segunda guerra mundial para ser utilizados en las tareas de campo. Resultó que éstos no eran apropiados dado que fueron concebidos para acarrear material bélico. Cuando se probó usarlos para arrastrar arados, estos se volcaban hacia atrás por los tanto resultaron un fiasco.
Fue entonces que el Brig. San Martín, por entonces Ministro de Aeronáutica, le propuso a Perón usar estos tractores o partes de los mismos para iniciar la fabricación de un vehículo que cumpla las funciones de transporte en el campo. Se empezaron a fabricar, con parte de esos tractores; por ejemplo, el motor naftero Willys de 4 cilindros, el embrague, las crucetas, la bocha del diferencial, el radiador y la caja de cambios, de esos tractores. El primer diseño, fabricación del chasis, y armado estuvo a cargo de los Ing. Raúl Gómez, Rubí Lutereau y Félix Santiago Sanguinetti. Es dos años 1952-1953 se fabricaron 2365 rastrojeros con motores nafteros Willis Overland, con capacidad carga de media tonelada, con chasis de metal y caja de madera.
Debido a su practicidad y economía de uso la demanda de Rastrojeros creció rápidamente. Al ser utilizados casi todo el stock de los 2500 tractores Empire, en 1954, el Gobierno llamó a un concurso para la fabricación de motores en el país. Se interesaron y presentaron propuestas cuatro empresas, Jenbach de Austria, Perkins de Inglaterra, Fiat de Italia y Borgward de Alemania y así continuar con la producción de los Rastrojeros. El encargado de tomar la decisión fue el ingeniero Félix Sanguinetti, y terminó siendo elegida firma alemana Borgward, los primeros motores diesel que eran más rústicos tenían mayor durabilidad, menores costos de mantenimiento y el costo del combustible baja de 10 a 1.

En el mismo año 1954, comenzó a fabricarse la versión más popular: El Rastrojero Diésel, equipado con un motor diésel Borgward de 42 HP de potencia. Fue el modelo más fabricado y vendido, 26. 067 unidades, en el periodo 1954-1964.
Posteriormente, de 1965 a 1968 se fabricaron 3420 unidades en una versión más moderna, algunos con caja de madera o y otros con caja metálica y también el doble cabina.
Apareció en 1968 el Carucita que tenía un diseño de frente distinto y foros triangulares, que el público los bautizó como los “caburé” que tenían una carrocería integral totalmente de chapa, aunque también siguieron los vehículos con las tradicionales cajas de madera de pino. Estaban equipados con motores Borgward de 52 HP y a partir de 1971, contaron con motores diésel franceses INDENOR de 60 HP.
Cuadro de total producido

El final de los Rastrojeros
En 1979, durante dictadura militar, el ministerio de economía de José Alfredo Martínez de Hoz, liquidó a la empresa estatal IME. Y asi terminó la era de los Rastrojeros y se vendió el patrimonio y el stock remanente , En ese año los Rastrojeros representaban 78% del mercado de las camionetas Diésel del país, por lo que llegó a liderar el mercado nacional en su segmento, con dos generaciones y varias versiones que incluso se exportaron a Cuba, Chile, Perú, Uruguay y Bolivia.
Un prototipo de Rastrojero, diseñado para el ejército, nunca llegó a fabricarse; era tracción en las cuatro ruedas. Solo las tres unidades preparadas tuvieron diferentes destinos, una fue enviada al África para ser probada en condiciones difíciles o extremas y nunca se tuvo noticia dado que fue abandonado por situaciones de revueltas políticas en el otro continente.